Después de la auto-compasión viene la ira

Fue hace ya mucho tiempo cuando yo compraba revistas músicales, las coleccionaba y luego las recortaba. Recientemene compre la revista Sonika. Yo solía relacionar esa revista con la música electrónica, pero resulta que escriben de rock, pero se dan sus licencias para poner en la portada a Gwen Stefani y Fergi. No creo haber leído publicación más pretenciosa que raya en el mal gusto. Para empezar la revista anuncia su nueva imagen y los cambios que tiene, y resulta que no es la gran cosa. En la presentación de sus editores proclama a una de ellos como 'la reina del indie'.

Muy aparte de que pretendan ser la revista indie por exelencia, exsiste también el pequeño detalle de la redacción. Cada sección de la revista está plagada con frases en inglés como "Ok, aquí aplica el : what the hell where they thinking?" o "I mean, c´mon guys... you can do better that that." Frases que se pueden decir perfectamente en español pero supongo no son suficientemente cool. A leguas se nota que la Sonika escribe para ese público que es identificado como habitante de la Condesa o por lo menos que ahí se juntan y cuya meta es ser tan cool como Chuck y si él dice que los Klaxon son la neta porque lo leyó en la Q, pues los Klaxons son la neta ¿no?

El fin de semestre y la dura realidad

He pasado mucho tiempo de mi vida tratando de encontrar el lugar al que pertenezco. Intente el ámbito religioso, pero no fue lo mio. En alguna otra época pensé que podía encajar con el mundo nerd del anime y la TNT, pero tampoco es lo mio. No importa a que lugar vaya, siempre me he sentido como una extraña. Cada vez que voy a un concierto no me siento identificada con los demás aisistentes, a pesar de que al parecer tenemos los mismos gustos musicales. En el ámbito académico ni se diga. Me cambie de carrera porque no me sentía a gusto entre comunicologos, pero las cosas no fueron muy diferentes en mi nueva opción de carrera.

Todas esas circunstancias me molestaban, pero entonces pensé: "qué importa, por lo menos no soy una más del montón". Pero, oh, la vida si que es chistosa. Ayer descubrí que no soy menos ordinaria que los que les gusta el indie 'porque es lo de hoy'. Mi ropa es ordinaria, mis gustos son ordinarios, mis ideas son ordinarias. Me gustan los Arctic Monkeys aunque estén ridículamente sobre valuados y cuando fui al Indie-O fest, fui a ver a The Dears y los disfrute como nunca, pero no me gusto The American Analog Set, hasta ese momento no tenía idea de quienes eran, me aburrí y todas las canciones me sonaron igual. No tengo nada que ofrecer al mundo de las leras modernas ni a ninguna otra disciplina. Mis convicciones son tan blandas como un pan remojado. Por esas y muchas otras razones soy ordinaria y aún así ni siquiera encajo con los ordinarios.

En casos como estos uno se cuestiona si valió la pena que su mamá recibiera una golpiza a cambió de evitar un aborto. Yo digo que no. Y mientras sigo en inmersa en lo ordinario tengo que terminar el semestre lo más decente que pueda y conseguir un trabajo.